Es el año 1989, previo al comienzo de la Guerra del Golfo (una más de esas tapaderas yanquis que sólo buscan adueñarse de cuantos más depósitos petroleros, mejor). Esta historia gira alrededor del soldado Anthony Swofford (Jake Gyllenhaal), recién salido de la academia militar (donde se desarrolla la introducción, claro homenaje a la clásica escena de "La Chaqueta Metálica") y próximo candidato a deshidratarse.
Como muchos jóvenes estadounidenses actuales que no saben a qué dedicarse por falta de medios o de interés, Swofford (inteligente y algo rebelde) comprenderá, tarde y cuando haya estallado el conflicto, que alistarse no fue la idea más brillante de su vida.
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"You better play with your mouth." |
Por aptitudes, será elegido por su sargento para formar parte de un grupo de francotiradores junto a Alan Troy (Peter Sarsgaard), transportado hacia el desierto y posteriormente arrojado a unas dunas vacías de enemigos pero cubiertas de ceniza, lleno de arrepentimiento e imbuido de rabia fruto de la desidia. En la "lucha" conocerá a varios amigos, algunos de ellos contagiados por ideas imperialistas pero realmente aún incapaces de comportarse como combatientes profesionales.
Para no desvelar más detalles de la trama, lo dejaré aquí. La considero una de las mejores películas bélicas de la pasada década, infravalorada, realista. Si gusta, vale la pena (y mucho) visionar también la serie de HBO "Generation Kill", localizada en Irak y más pulida.
Lo mejor: Música (alguna de Naughty By Nature, clásico del rap), ambientación, dura crítica sin maniqueísmos, el humor ocasional (descacharrante Sykes).
Lo peor: Para ser bélica, falta algo de acción directa. Partes demasiado extensas, partes demasiado cortas.
Tiene mi 7,5. Excesivo quizás, pero me quedo con el retrato pesimista de "Swoofy" y con la oscuridad subliminal tras las animaladas del pelotón.